Técnica de impresion que se utiliza para grandes cantidades y casi todo tipo de prendas, técnica muy versátil e industrial.
Recomendada para pedidos a partir de 25 prendas a 1 o 2 colores.

El proceso de serigrafía textil implica el uso de una malla o tela tensada en un marco, conocida como «pantalla». Inicialmente, se prepara la pantalla aplicando una emulsión fotosensible sobre la malla. Luego, se coloca un negativo del diseño que se desea imprimir sobre la pantalla y se expone a la luz. La emulsión reacciona a la luz, endureciéndose en las áreas expuestas y dejando las áreas cubiertas por el negativo suaves y permeables.

Una vez que la pantalla está lista, se coloca sobre la superficie del tejido o prenda que se va a estampar. Luego, se aplica tinta sobre la pantalla y se utiliza un racero o rasqueta para presionar la tinta a través de la malla y transferirla al tejido. Las áreas permeables de la pantalla permiten que la tinta pase a través, creando así el diseño deseado sobre la superficie del textil.

  • Si el diseño original cuenta con más de un color, lo primero que hemos de realizar es la separación de colores, puesto que cada uno necesitará un fotolito.
  • Los fotolitos son imágenes opacas impresas sobre soportes traslúcidos. En el caso de la serigrafía, el fotolito se imprime sobre papel transparente y tiene como fin la creación de las pantallas, mediante las cuales se transfiere el diseño a la prenda textil.
  • La pantalla se crea colocando el fotolito sobre la malla de serigrafía y emulsionándola, para así bloquear, durante la impresión, el paso de la tinta en las zonas en las que no haya imagen. Este procedimiento se llama insolación.
  • Debemos colocar la prenda textil sobre la que vayamos a serigrafiar en lo que llamamos pulpo de serigrafía, una máquina tipo carrusel que sujeta la prenda y nos permite fijar una única parte para imprimir el diseño.
  • La pantalla se coloca sobre la prenda y, sirviéndonos de una racleta, vamos transfiriendo la tinta a través de varias pasadas para que ésta pase de la malla al tejido.
  • Por último, afianzamos la tinta a la tela introduciendo la prenda en el túnel de secado.

Es un proceso que cuenta con múltiples pasos y en el que hemos de intervenir manualmente, pero los resultados de este tipo de estampación siempre son óptimos.